Prefiero tener valores a tener los bolsillos llenos de oro porque el metal dorado hace que las personas quieran acumular más y más sin controlar su avaricia.
Ese descontrol hace que las personas dejen de ser humanas convirtiéndose en bestias reptantes que consiguen destruir todo lo bello que hay a su alrededor.
Por eso es digo: ¡Detestable hambre de Oro!