La gente del desierto , con su espíritu de arena, le convirtieron en un ente con una percepción trastocada del mundo que le rodeaba.
Por esa desconexión vivía en la rabia, desconectada de su esencia porque por mucho esfuerzo que hicieron los humanos de arena, ella no era de los suyos.
Aunque ahora no fuera capaz de verlo, era una mujer del bosque poseída por el desierto.