La belleza del cuerpo era una de las cosas que más le importaban. Se sentía frustrada porque no conseguía la perfección que tanto necesitaba para calmar su espíritu.
Por eso tenía miedo. Porque la belleza física, en su mente, era algo trascedente . Era bondad y sino la tenía creía que le llevaba a ser mala persona.
No creía en la belleza interna por eso torturaba su cuerpo con tratamientos y operaciones.
Ninguna persona logró hacerle entender que la trascendencia era otra cosa.
Y mientras torturaba su cuerpo perdió la dulzura que le llevaba al buen vivir.