El había hecho el camino de siempre de vuelta a casa y de repente, sin saber cómo, estaba delante un trono de madera. El trono de madera le llamaba diciéndole que era el elegido De Dios y que era el momento de la venganza.
El había hecho el camino de siempre de vuelta a casa y de repente, sin saber cómo, estaba delante un trono de madera. El trono de madera le llamaba diciéndole que era el elegido De Dios y que era el momento de la venganza.