Se habla mucho de la necesidad de inspiración para poder ser ser capaz de escribir buenos textos.
Es cierto que es necesaria pero si no hay detrás una disciplina las buenas ideas se atrofian en el caos creativo.
Los escritores necesitamos estructurar nuestro trabajo para que las buenas ideas se desarrollen.
Por lo tanto hay que organizar el trabajo antes de iniciar la escritura de nuestros textos para que la inspiración fluya.
En definitiva inspiración si pero con organización y disciplina para que todo llegue a buen puerto.
Yo creo que, tal y como se indica en el texto, es necesaria una buena dosis de los dos pero quizás le daría un espacio mayor a la inspiración. Puedo decir que algunas de las novelas o capítulos concretos que más he disfrutado escribiendo son aquellos en las que te sientas frente al ordenador y percibes que las ideas fluyen solas, sin haber estructurado u organizado nada previamente; percibes que una situación te lleva a otra, que un diálogo desencadena una nueva idea, que una frase concreta abre un montón de posibilidades de lo que puede llegar después. Sin embargo opino que imponerse una organización o disciplina el día que las ideas no fluyen o que la inspiración prefiere pasearse por otros lares, te lleva a un bloqueo que hace que lo mejor del día sea apagar el pc y tomarse un respiro.
También es verdad que si no se le da cierta organización a la historia, puede acabar derivando en un pequeño caos con ese tipo de aspectos ilógicos que tanto nos gusta criticar como lectores. Pero como digo, siendo necesarios ambos aspectos, le daría una mayor parcela de importancia a la inspiración; al menos en lo que a mi experiencia propia se refiere. 🙂
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